Una de las mayores fuentes de sufrimiento y malestar de las personas es su manera de relacionarse con las personas de su entorno directo.
Desde siempre, algo que nos aleja de sentirnos bien es nuestro entorno relacional, el cómo nos hacen sentir las relaciones que tenemos con las personas más cercanas.
Socialmente tenemos muchas carencias afectivas, nos lamentamos por no sentirnos bien amados, por sentir rechazos, pérdidas, falta de seguridad, dolidos, tristes y un largo etcétera de síntomas.
La realidad es que, todavía hoy, hay falta de información sobre gestión emocional en los niños y estos, al madurar, van arrastrando toda una serie de carencias emocionales a lo largo de su vida y con ellas, comienzan a desarrollar relaciones insatisfactorias.
Es normal no tener unas relaciones sanas al no haber aprendido de habilidades relacionales. Por ello, es importante, aprender a gestionar nuestra mayor relación, nuestro auto amor o amor propio. Una vez tenemos esta gestión bien desarrollada, es mucho más fácil tener unas relaciones sanas y satisfactorias, basadas en el respeto, la igualdad y el amor.
En la gestión de relaciones es necesario entender que hemos aprendido a desarrollar ciertos patrones emocionales y relacionales según lo que hemos visto, sentido y oído hasta nuestros primeros 7 años de edad de los mayores más importantes para cada niño, sus padres, sus mayores o sus profesores. Es a esta edad cuando se desarrolla nuestra personalidad emocional. A partir de entonces, vamos avanzando por la vida buscando como validar y repetir los patrones que reconocemos, replicándolos de forma inconsciente en las nuevas relaciones.
Un vínculo está formado por lo que hemos experimentado conscientemente en una relación y también por lo que está en nuestro inconsciente, fruto del aprendizaje infantil).
Una relación puramente dicha es aquello que sabemos conscientemente que hemos hecho o recibido en una relación.
En la terapia de relaciones utilizaremos distintas metodologías según la persona, su éxito radica en adaptar la metodología a cada persona. Utilizaremos las constelaciones familiares, el coaching sistémico, la PNL, el psicodrama y la inteligencia emocional, entre otros.
Después de tener una primera visita donde analizaremos qué necesita trabajar cada persona, abordaremos un plan de trabajo para ayudar a la persona a volver a encontrar su máximo bienestar. Estas sesiones podrán ser presenciales o también por video conferencia a distancia desde cualquier lugar.
¿Es necesario trabajar también con la otra persona? Dependiendo de la disponibilidad de ambos miembros de la relación. En algunos casos trabajamos exclusivamente con uno de los miembros de la relación para desarrollar una mejor manera de relacionarse y de gestionar sus emociones. En otras ocasiones trabajamos con todos y aprenden a relacionarse de una mejor manera. En ambos casos es altamente satisfactorio y efectivo.
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