¿Sufres con tus relaciones personales?
¿tienes conflicto con tu familia, con tus amistades o incluso con tus compañeros de trabajo?
¿tienes pareja y no eres feliz?
¿no lográis tener una buena comunicación y entendimiento?
¿estás pasando por una crisis en tu relación y deseas superar las dificultades?
¿has intentado de todo y no funciona?
¿en tu relación de pareja, la pasión, la intimidad y la complicidad han pasado a un segundo plano?
¿te suena eso de “es que siempre atraigo al mismo tipo de parejas”?
o quizás… ¿no tienes actualmente pareja y tienes miedo a encontrar de nuevo ese tipo de pareja que te hizo sufrir en el pasado?
o puede ser que… estés en un punto en el que ¿ni tienes pareja, ni crees que la quieres?.
No te desesperes, no es nada raro por desgracia, si algo he descubierto, incluso por experiencia propia, es que no sabemos amar, no sabemos tener relaciones sanas, equilibradas y conscientes y menos todavía en la pareja, no conocemos nuestras verdaderas necesidades y mucho menos sabemos reconocer las de la otra persona, y por supuesto, tenemos unos pésimos hábitos relacionales.
Hemos creído que somos merecedores de amor si otra persona nos ama y entonces creemos que todo funciona bien. En realidad, la mayoría de las veces vivimos una gran mentira… si yo no sé amarme realmente, comprenderme y atender mis verdaderas necesidades, difícilmente podré hacer lo mismo hacia la otra persona sin apegos, desde la carencia o desde el miedo a que se rompa nuestra relación para no quedarnos solos. Hemos creído que seremos felices cuando encontremos a nuestra media naranja y no hemos entendido que “nosotros ya estamos completos, que somos una naranja entera y que nuestra pareja deberá ser otra naranja entera y que juntos haremos un zumo extraordinario”.
He podido comprobar que el dolor en las relaciones es de los sufrimientos más altos y más comunes. Casi todos hemos sufrido o estamos sufriendo por estar en una relación que no es sana ni equilibrada. Y ahora la buena noticia, ¡no te preocupes!, a través de un proceso de coaching de relaciones, podrás cambiar y transformar todo aquello que necesitas para ser más feliz junto a tu pareja o a esa persona tan importante en tu vida.
Ahora, déjame explicarte algo sumamente importante para ti, LA CALIDAD DE NUESTRA VIDA ES IGUAL A LA CALIDAD DE NUESTRAS RELACIONES. Sí, como lo ves, somos seres en general con una gran necesidad de amar, de pertenecer a un clan, somos seres de “manada”, destinados a estar en pareja, no para ser felices, si no para compartir nuestra felicidad, que no es exactamente lo mismo. Puedes tener mucho éxito personal, profesional, laboral, en tus amistades o en tu economía, que si al llegar a casa no tienes con quien compartirlo y disfrutarlo, créeme, tarde o temprano descubrirás un gran vacío interior y no te sentirás en plenitud.
Otro dato de interés es que, desafortunadamente un 70% de las parejas en la actualidad se acaban separando. ¿No te parece una noticia preocupante?, ¿seguro que conoces un montón de casos de parejas que se acaban separando?, o quizás ¿tú mismo ya has tenido una o varias relaciones de pareja que han fracasado? Y lo peor de todo no es sólo el fracaso, sino el alto nivel de pérdidas afectivas, de conflictos emocionales, de problemas con nuestros hijos, custodias, disputas, sin mencionar los elevadísimos costes materiales, de abogados, notarios, el largo proceso de tiempo para solucionarlo, etc… Y eso es porque no sabemos amar, no sabemos disfrutar de relaciones sanas.
Aunque lo ideal será que las dos personas estén comprometidas a cambiar aquello que les hace sufrir de sí mismos y del otro, en muchas ocasiones esto no es así. Me encuentro muchas veces con personas que están cansadas de sufrir mientras la otra persona no ha tomado consciencia de este sufrimiento común o de su propio sufrimiento, o no cree en el cambio o en su propia capacidad de cambio.
Sea como sea, cuando las dos personas se implican en un proceso común de coaching, la transformación es mucho más ágil y constructiva para ambos, en este caso, el crecimiento y la transformación se hace de forma conjunta, con lo que ambos se responsabilizan de su nueva manera de amarse y de amar al otro. Esto les lleva a una plenitud y consciencia compartida.
En el caso en que sólo hace uno de los dos su proceso de coaching de relaciones, es totalmente viable y con un gran índice de éxito, LO REALMENTE IMPORTANTE es la persona que se responsabiliza de sus propias relaciones, que toma consciencia de su independencia emocional, de su capacidad para amar sanamente, lo que aprende, lo que descubre de sí misma, las herramientas que desarrolla para poder crecer y entregar a la relación. Este miembro de la relación aprende a responsabilizarse de su parte y cubrir sus propias necesidades para no necesitar que la otra persona las cubra. Aprende a entregar el 100% de sí mismo a la relación y a entender y atender las necesidades del otro en la parte en que le corresponda, sin sumisiones, sin condicionar, sin apegos y sin limitaciones. De esa forma, aprenderá a valorar realmente cómo decide vivir sus nuevas relaciones de forma libre, plena y consciente.
Transformación profunda
Si necesitas aclarar algo concreto y puntual podrás trabajarlo en sesiones puntuales.
Aprender a cambiar nuestra dinámica de relaciones es un tema realmente importante, requiere desaprender para aprender de nuevo.
En caso de que necesites hacer un proceso, esto requerirá del tiempo y el compromiso suficiente. Tanto si el proceso lo hace un solo miembro o los dos, una transformación completa requerirá de un periodo de unas 12 a 15 sesiones respectivamente de unos 60 minutos por sesión.
Te aseguro que cada vez que acabas una sesión, la sensación es… de total claridad y de liberación. Es una toma de conciencia personal, transformadora, una conexión con la motivación, el merecimiento y el empoderamiento personal.
La pregunta es, ¿a qué estás esperando? Créeme, este proceso te ayudará a sanar tus relaciones no sólo con esta persona, sino con otras personas importantes en tu vida y también con áreas relevantes para ti tales como la abundancia, la prosperidad, a dejar atrás el sufrimiento y disfrutar de unas relaciones plenas, conscientes y empoderadas.
Wayne W. Dyer